I’m prepared to die in the moment.
Ya está. Y cada vez más claro, está.
Que triste, pero cada vez se siente más normal, más cercano y va cobrando sentido.
Esta angustia, está ansiedad y escozor emocional que no cesa son todas las razones que tengo para pensar así. Es un constante castigo, en el que te acostumbras a vivir, pero que no es normal ni lógico, tampoco saludable. Pero fluye y tú con todo eso, y te conduce y caes por donde quiere y ya no eres tú, eres un cacho de toda esa basura invisible pero pesada.
He dejado de ser yo para ser esto, algo en lo que no me reconozco, de lo que reniego y que me amarga. Estoy cansado. Ya lo digo hasta inconscientemente, cuando me lo preguntan o solo.
¿Que tal? Cansado. Y no físicamente, de vivir.
Quiero irme, y ser libre y descansar, y poder respirar o no, no se donde iré a parar pero por lo menos no aquí. Quiero dejar de sentir todo esto, saber como puedo ser feliz o, no tanto feliz, sino normal, sentirme bien, a secas.
Estoy cansado, de verdad.
Esto me agota, me quita energías, aún sin darme cuenta...
Estoy harto de ir para acá y para allá y no ser nada, y no marcar a nadie, y ser algo que nadie extrañaría, que a nadie le daría pena, por la que nadie se preocuparía ni lo más mínimo. No quiero mas.
Quizá no ahora, pero en un futuro. Me da igual envejecer o cumplir años o seguir o no, me da igual porque ya no veo la vida hasta donde lo ve la gente normal porque llegará mi momento y me iré. Yo me iré.
Esto me consume.
No pediría que me entendiesen, tampoco tengo tanta gente a mi alrededor a la que le causaría dolor, solo que entiendan que es mi forma de ser, de acabar con esa voz que me está destrozando desde dentro.