Standing at the fork in the road.
1, 2, 3...
1, 2, 3...
El cerebro siempre al mismo compás.
Siempre funcionando.
Siempre dirigiendo.
1, 2, 3...
1, 2, 3...
Es nuestro motor.
Y no hay fallos, todo es frío como el hierro.
Y aparece el corazón, lo humano, lo cálido. Intenta coger las riendas y no puede, y le cuesta. Y empieza la batalla.
No es dura la lucha por ellos, sino porque quien sale herido eres tú.
Entre las dudas y el miedo.
¿Qué hago? ¿Qué es lo correcto?
Y son esas batallas las que definen nuestra vida y nuestro camino.
Nuestra respuesta en cada bifurcación en la carretera.
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